El Real Madrid, mediante una carta, ha trasladado a la Real Federación Española de Fútbol, con copia al Consejo Superior de Deportes, una reclamación formal tras la grave actuación arbitral en el RCDE Stadium el pasado sábado 1 de febrero. La entidad presidida por Florentino Pérez ha tomado esta decisión tras vivir en Barcelona el enésimo episodio de un arbitraje perjudicial para el equipo y que ha afectado deportivamente. La negligencia de Muñiz Ruiz y el VAR ha colmado el vaso para el conjunto blanco que ha estallado y denunciado oficialmente los errores y malas praxis del estamento arbitral a lo largo de la temporada.
El Real Madrid exige la entrega inmediata de los audios del VAR
«Los hechos ocurridos en este encuentro han sobrepasado cualquier margen de error humano o de interpretación arbitral. Lo sucedido en el «RCDE Stadium» representa la culminación de un sistema arbitral completamente desacreditado, en el que las decisiones en contra del Real Madrid han alcanzado un nivel de manipulación y adulteración de la competición que ya no puede ser ignorado», esas son las primeras palabras que expresa el club de Concha Espina en la carta. Un ataque directo y sin paliativos a un arbitraje que ha desfavorecido en más de una ocasión al Real Madrid. El escrito se centra en las dos jugadas más polémicas del encuentro ante el Espanyol, en palabras del club:
«1. La brutal entrada sobre Kylian Mbappé, por detrás, sobre el gemelo y sin posibilidad alguna de disputar el balón, realizada en el minuto 60 del partido por el jugador del Espanyol que posteriormente acabaría marcando el gol de la victoria de su equipo, merecedora de la expulsión inmediata como ha puesto de manifiesto la prensa mundial, acabó con la decisión del árbitro, Alejandro Muñiz Ruiz, de mostrar únicamente tarjeta amarilla sin que el VAR, con Javier Iglesias Villanueva como responsable, interviniera para corregir una decisión manifiestamente errónea, dejando impune una agresión que en cualquier otra competición habría supuesto una sanción ejemplar».
Y » 2. En el minuto 21 de la primera parte del encuentro, Vinícius Jr. marcó un gol absolutamente legal, que fue anulado por una supuesta falta previa de Kylian Mbappé, pese a que las imágenes demuestran que en dicha jugada quien fue objeto de falta previa, un penalti claro, fue nuestro jugador, anulando sin embargo el gol y transformando un penalti a favor en una falta en contra, sin que el VAR interviniera para corregir el error o indicar siquiera al colegiado que revisara la jugada en el monitor».
Ante estas dos acciones, el Real Madrid se cuadra y pide responsabilidades y pruebas para acreditar la dejadez de funciones de los árbitros implicados en el partido frente al Espanyol: «Dada la gravedad de Io sucedido, el Real Madrid exige a la RFEF la entrega inmediata de los audios del VAR relativos a las dos jugadas clave del partido: 1) Los audios de la comunicación entre el VAR y el colegiado de campo en la acción de la entrada del jugador Carlos Romero sobre Kylian Mbappé. 2) Los audios de la comunicación entre el VAR y el colegiado de campo en la jugada del gol anulado a Vinícius Jr. 3) Las conversaciones producidas entre los integrantes de la sala VAR en ambas jugadas. El conocimiento del contenido de estos audios resulta fundamental para arrojar luz respecto de las decisiones adoptadas y la actuación arbitral».
No lo consideran un error aislado
«Este escándalo arbitral no es un caso aislado. El sistema arbitral español está completamente viciado y estructuralmente diseñado para protegerse a sí mismo, con el respaldo de los Comités Disciplinarios dependientes de la propia RFEF, que se niegan sistemáticamente a sancionar a los árbitros, modificar sanciones arbitrarias y, en definitiva, mantener un sistema que ya ha sido calificado de fraudulento por la propia justicia ordinaria», expone el club de Chamartín y sentencia: «Lo ocurrido en el «RCDE Stadium» no es un episodio aislado ni un mero error arbitral. Es la manifestación más reciente y grosera de un sistema arbitral cuya credibilidad está completamente erosionada, no solo por la acumulación de decisiones que lo han puesto bajo sospecha, sino por su propia estructura, diseñada para operar sin control efectivo y al margen de cualquier exigencia de imparcialidad. Un sistema mantenido y protegido desde la propia Federación, a través de sus sucesivos presidentes, por un entramado de intereses cruzados en el que el colectivo arbitral, lejos de ser un órgano estrictamente técnico sometido a criterios de neutralidad y excelencia, se ha convertido en un actor político con un peso determinante en los procesos electorales federativos».