El Real Madrid, con una de sus peores caras, logra una victoria vital en la lucha por La Liga. El conjunto blanco consiguió el triunfo por 2-1 ante el Rayo Vallecano en el Bernabéu tras un partido ramplón y de más sombras que luces. La nota positiva, Vinícius y Tchouameni han mostrado su mejor versión y llegan enchufados para la vuelta de octavos de la Champions, mientras que la parte negativa es las malas sensaciones grupales y sobre todo en defensa con precisamente el duelo de Liga de Campeones a la vuelta de la esquina. Pese al mal partido, la buena noticia es que los de Ancelotti superan al Atlético de Madrid en la clasificación tras el tropiezo de los rojiblancos en Getafe.
Pólvora arriba, fragilidad atrás
El encuentro vivió un momento muy emotivo justo antes del inicio. Un solemne minuto de silencio en memoria de Carles Miñarro, médico del FC Barcelona y David García de la Loma, árbitro de Segunda RFEF, ambos fallecidos recientemente. El respetuoso homenaje dio lugar al fútbol.
Desde muy pronto comenzaron a amenazar los hombres de arriba del Real Madrid. Vinícius, muy activo en banda izquierda dejó internadas peligrosas pero sin finalización mientras que Mbappé también gozó de buenas conducciones pero sin contundencia en los últimos metros. Sin embargo la primera gran oportunidad del partido llegó del lado vallecano. Los franjirrojos a punto estuvieron de adelantarse en el marcador tras un córner a favor. Centro al segundo palo y Aridane, completamente solo, envía por encima del travesaño su cabezazo. Ocasión clarísima para el Rayo Vallecano.
El ritmo era muy alto y el Real Madrid encontraba muchos espacios a la espalda de la medular y la zaga visitante. Los blancos estuvieron muy cerca de aprovecharlo en el minuto 13. Gran pase de Tchouameni a Rodrygo, el brasileño la pone atrás, la deja pasar Bellingham y el remate raso de Vinícius desde la frontal se estrella en el palo después de un paradón Batalla. Luego Mbappé se resbala y no puede aprovechar el rechace.
Pese al disparo al poste del conjunto madridista, el Rayo Vallecano no se achicó y respondió. Casi logra el 0-1 en una acción inesperada en la que Asencio estuvo a punto de marcarse en propia tras un pase atrás sin mirar a Lunin. Y a los pocos minutos, doble ocasión, primero un remate seco de Ratiu que repele Lunin y el rechace le llega a Gumbau cuyo remate se marchó desviado.
El intercambio de golpes terminó cayendo del lado merengue. Pasada la media hora de juego, Vinícius pone un balón en carrera a Mbappé, que encara y e intenta un recorte ante Lejeune, el defensa la toca pero no la recupera y el madridista lo aprovecha para soltar un zapatazo al palo largo imposible para Batalla. El tanto del francés no le sentó bien a los vallecanos, que encajaron el segundo apenas tres minutos después. Absoluta obra de arte de Vinícius Júnior. El brasileño, completamente imparable, vuelve loco a Lejeune, y le deja atrás, ingresa en el área y tras una preciosa bicicleta a Ratiu define por bajo. Genialidad.
Los de Ancelotti pudieron encarar la segunda parte con un 3-0 a su favor, sin embargo, el equipo que marcó el tercer gol del partido fue el Rayo Vallecano. Pedro Díaz logró recortar distancias cumplido el minuto 45 con un misil que impactó en el larguero y botó detrás de la línea. El VAR en segunda instancia, dio validez al 2-1 del choque.
En la cuerda floja
No se habían cumplido aún diez minutos del segundo período cuando Mbappé tuvo el tercero nuevamente en sus botas pero su disparo se marchó desviado por un milímetro. Le faltó precisión al de Bondy que malogró otro acercamiento blanco. El 2-1 persistía.
Los minutos pasaban y el Real Madrid no era capaz de terminar de sentenciar el choque. Vinícius, el más insistente, la tuvo en el minuto 76 para dar tranquilidad a los blancos pero no acertó a colocar bien el pie para definir. El Rayo seguía muy vivo llegados a los minutos finales.
Y el sufrimiento se extendió hasta el pitido final del árbitro. El conjunto merengue caminó sobre la cuerda floja toda la segunda parte. Unos segundos 45 minutos inaceptables en la que los jugadores madridistas decidieron echarse una siesta y esperar a que el Rayo no estuviera acertado de cara a puerta. Paupérrima versión de los blancos en el segundo período que deja dudas para el decisivo duelo del miércoles en Champions.