El Real Madrid ha tocado fondo. Está en la lona y herido de muerte. Solo un milagro puede hacer que el conjunto blanco esté en la semifinales de la Champions League. El Arsenal ha goleado 3-0 al cuadro merengue con un Declan Rice estelar vapuleando a los de Ancelotti durante los 90 minutos. El Madrid, inmerso en una profunda crisis de juego y de resultados, deberá apelar al Santiago Bernabéu el próximo miércoles para remontar una eliminatoria que se antoja imposible.
Dominio gunner, resistencia blanca
El Emirates Stadium se engalanó para una gran noche de fútbol en Londres. El Arsenal, desde los compases iniciales, se hizo con el control del balón y la iniciativa del encuentro, pero los de Ancelotti no veían con malos ojos transitar y hacer daño a la contra a los gunners. El conjunto dirigido por Arteta, con importantes bajas en defensa (Gabriel Magalhaes y Calafiori), flaqueaba cuando Vinícius, Mbappé y compañía salían a la carrera y tenía que medir a la perfección sus pases para evitar el peligro blanco. El cuadro merengue también tuvo momentos de apuro en su propia área, sobre todo a balón parado.
Los minutos pasaban pero el frenético ritmo del partido no aminoraba. Thomas pudo adelantar a los locales en el 12′ con un remate raso en la frontal del área que repelió Thibaut Courtois como buena mente pudo. Al Real Madrid le faltaba precisión y coordinación, y el Arsenal lo aprovechaba para superar líneas mostrando una mayor agresividad que los merengues. El Madrid sufría mientras que los londinenses no paraban de morder arriba y asfixiar a su rival.
El conjunto blanco necesitaba amenazar la portería defendida por David Raya y deshacerse del dominio inglés. Lo intentó Mbappé por partida doble. Primero en el minuto 24 con un disparo que se marchó por encima del larguero en una jugada anulada por fuera de juego previo, y seis minutos después en una ocasión muy clara en la que el francés no definió bien y chutó directamente al cuerpo del portero gunner.
Desde ese momento el choque se igualó algo más y el Real Madrid se empezó a sentir un poco más cómodo pese a no terminar de ser fiable en defensa. Saka percutía una y otra vez por la banda derecha y tan solo la ausencia de un rematador en el área evitó el gol de los de Arteta. Eso, y un Courtois sobresaliente. Cuando la primera mitad languidecía, el de Bree sacó dos paradones consecutivos para salvar a los suyos. Rice cabecea un centro colgado al área, Thibaut saca una mano brutal, y después vuelve a poner manos duras para evitar el tanto de Martinelli en el rechace.
Tocado… y hundido
Bellingham y Mbappé seguían siendo los dos jugadores más inspirados en el ataque del Real Madrid también en la segunda parte. De su conexión llegó la primera oportunidad madridista en los segundos 45 minutos. Balón al espacio del inglés para que el francés estrellase su remate en el lateral de la red. La insistencia de Kylian no estaba teniendo éxito.
Quién sí lo tuvo fue el Arsenal apenas nueve minutos después. Golazo espectacular de Declan Rice. Falta centrada y el centrocampista saca un golpeo extraordinario con un curva perfecta para salvar la barrera y alojar el esférico pegadito al palo imposible para Courtois. Los gunners comenzaban golpeando en la eliminatoria y ahora la patata caliente estaba en el lado del Real Madrid.
El Arsenal olió sangre y se tiró al cuello de un Madrid grogui. Un aluvión de ocasiones que milagrosamente no acabaron en el 2-0 local. Entre Courtois y Alaba (bajo palos) salvaron los disparos de Martinelli y Mikel Merino (por partida doble) y posteriormente Bellingham hizo lo propio con otro de Declan Rice tras un córner.
El ’41’ vivió la mejor noche de su carrera. En el 70′ logró un doblete pocas veces visto. Si el primer tanto fue formidable, el segundo fue de otro planeta… y también de libre directo. A diferencia del primero, este entró por el palo del portero pero el meta belga nada pudo hacer. Rice quitó las telarañas de la portería. Un lanzamiento para guardar en un museo, una obra de arte.
El Real Madrid estaba tocado… y hundido. El tercer tanto londinense solo tardó en llegar cinco minutos. Un gol con acento español. Mikel Merino, como el mejor ‘9’ del mundo, definió a la perfección por bajo para poner al Emirates patas arriba y dejar al conjunto blanco completamente KO en la eliminatoria.
El 3-0 selló una derrota que refleja a la perfección la realidad del equipo a día de hoy. Incapaz de competir, con muchos jugadores a un nivel paupérrimo y un entrenador inoperante. La Champions ya se ha puesto prácticamente imposible y lo que queda de temporada puede ser un calvario. Un día negro en la historia del Real Madrid.