Tanto va el cántaro a la fuente, que se acaba rompiendo. Eso le pasó al Real Madrid en Lille. Esta vez, ni el resultado. De nuevo, un mal partido del Real Madrid provocó la primera derrota de la temporada. Lento y sin intensidad, el Lille por mediación de Jonathan David, tras un penalti de Camavinga, decidió un encuentro que acabó con Rudiger y Güler como los más peligrosos en ataque. Primera derrota en 36 partidos ante el quinto de la liga francesa. Mbappé, desconectado. Bellingham, desesperado y Vinicius, aunque fue el más participativo, estuvo muy por debajo de lo que se espera de él.
Ni en su competición fetiche, el Real Madrid pudo sacar a relucir todo el potencial que tiene. Ni frente al Sttutgart, ni por supuesto ante el subcampeón francés. Y aunque es cierto que el derbi estaba relativamente cerca, no es justificable a la imagen de hoy. Los blancos visitaban al Lille en la segunda jornada de la Liga de Campeones. Tras conseguir los primeros tres puntos, no sin sufrimiento ante el conjunto alemán, el equipo llegaba a Francia con la idea de sacar el seis de seis. Sabía que lo duro está por llegar y por eso Ancelotti no quería sustos. El técnico italiano no dudó y convocó incluso a Kylian Mbappé.
La alineación así lo reflejaba. La única novedad, la entrada de Camavinga que debutaba por primera vez esta temporada en partido oficial y la primera titularidad de Endrick, que lo hacía por Mbappé que finalmente salió en la segunda mitad. El resto, lo esperado: Lunin; Carvajal, Militao, Rudiger, Mendy; Tchouameni, Camavinga, Valverde, Bellingham; Vinicius y Endrick. Modric, Güler, Mbappé y Rodrygo, al banquillo.
Ancelotti optó por un equipo más físico para intentar superar con un juego más directo al Lille. Sin embargo, fue todo lo contrario. Una primera parte lenta, sin un ritmo acelerado y con ausencia de llegadas con peligro en ambas porterías. Los más destacados en el Real Madrid, Endrick, que tras una gran jugada lanzó el balón contra el pecho del portero para evitar la única ocasión clara del Real Madrid y Lunin, el portero ucraniano que volvía a la portería blanca, sostuvo al equipo tras una gran doble intervención. Sin embargo, cuando todo parecía que iba a llegar con tablas al descanso, una falta lanzada al borde del área por parte de los franceses, acabó estrellándose en la mano de Camavinga. Tras revisarla el VAR, el árbitro pitó penalti y David no falló. El Madrid estaba contra las cuerdas y tenía 45 minutos para arreglarlo.
Pero lo peor estaba por llegar. No en el resultado pero sí en sensaciones. Sin ideas, con un juego muy estático y dando muchas facilidades a la contra al Lille. Ese fue el resumen de los primeros 30 minutos de la segunda parte. Ni Modric, más desacertado que nunca, ni por supuesto Mbappé, que apenas se notó su entrada en el campo, fueron suficientes para cambiar el rumbo del encuentro. Quién si lo hizo fue Güler. La perla turca fue lo más peligroso en los minutos finales junto al incansable Rudiger. Ambos tuvieron varias oportunidades muy claras para, al menos, haber conseguido el empate. Sin embargo, un gran Chevalier, desbarató cualquier intento final de los blancos, más por coraje que por fútbol. Un reflejo de este mes y medio de competición.
Primera derrota del curso que no hace más que confirmar los grandes problemas que tiene el equipo en la creación de juego. Se rompe una racha de 36 partidos sin perder y se complica, aunque no demasiado, su clasificación directa para los octavos de la Champions. Lo próximo para los blancos, el Villarreal el próximo sábado. En Champions, el Borussia Dortmund, solo cinco días antes del gran clásico.