Todo lo bueno que había sumado el Real Madrid femenino en las últimas semanas se fue por la borda en algo más de un cuarto de hora. La Champions es así y si no, que se lo digan a las de Alberto Toril. Todo lo positivo que se consiguió en 135 minutos, no bastó tras un inicio de segunda mitad trágico en el Emirates Stadium. Una sobresaliente Russo y una pésima defensa en el primer tramo de la segunda mitad condenó a un equipo que se queda a las puertas de las semifinales de la Champions.
Las dos caras del Real Madrid
Dicen que dentro de un mismo partido se juegan varios partidos. Y así fue. El Real Madrid femenino jugó con el resultado favorable y se acabó quemando. Tras un magnífico partido de ida, las blancas solo tenían que aguantar. Y aunque sabían que el ambiente iba a ser hostil, un equipo que aspira a ser grande tiene que habituarse a este tipo de escenarios. Sin embargo, pecaron de inexperiencia y lo pagaron duramente. En la primera parte, el Arsenal avisó pero no penalizó. Todo lo contrario en la segunda. La primera, a la cazuela. En este tipo de escenarios, la consigna es muy clara tras el descanso: «No encajar nada más salir». Pues dicho y hecho. Russo no perdonó y entró el miedo escénico. Sin tiempo para reaccionar, llegó el golpe más duro. Las londinenses empataron en la eliminatoria pero ya estaban por delante en lo mental.
La segunda mitad más allá de los goles que son lo que marcan el fútbol, demostraron que había un equipo que había salido con la intención de ir a por el partido y la eliminatoria. Al Real Madrid le temblaron las piernas y en la Champions, si dudas, lo pagas. Lo peor incluso, la inexistente reacción. Ni en el campo ni en el banquillo. Simplemente se limitaron a ver como morían las opciones de intentar estar entre los cuatro grandes de Europa.
Todo lo que sube baja
Por primera vez desde su fundación, el Real Madrid femenino miraba a los ojos a los grandes equipos de Europa. Chelsea, Arsenal e incluso al mismísimo Barcelona, dominador del fútbol femenino durante la última década. El varapalo de la Copa ante las azulgranas fue un punto de inflexión que podía marcar un antes y un después. Y por momentos, parecía que podía ser así. Esta temporada, ante el Chelsea, verdugo de las temporadas anteriores, peleó de tú a tú por el primer puesto del grupo en esta edición de la Champions. Incluso con el Barcelona, tras ganarle el primer clásico 19 partidos después hace tan solo 4 días. Ahora solo faltaba la puntilla en Europa. Y por momentos parecía que iba a ser así. En la ida, las de Alberto Toril fueron muy superiores y ese 2-0 lo reflejó. Sin embargo, el varapalo sufrido en Londres demuestra que a este equipo aún le falta mucho.
En solo 4 días, el equipo ha pasado de la euforia más absoluta tras su victoria en Montjuic, a la decepción más grande. Cierto es que la mejoría respecto a años anteriores está ahí pero la derrota ha dolido mucho. Con todo tan de cara, era la temporada para seguir poniendo el nombre del Real Madrid entre los mejores de Europa en la sección femenina. Sin embargo, tocará esperar.
“Nos han pasado por encima en muchos momentos”, así de tajante fue el entrenador blanco, Alberto Toril. De nuevo, en el punto de mira tras otra debacle blanca. El técnico, sin reacción, no movió el banquillo hasta el 76′, ya con la eliminatoria en contra.