El Real Madrid busca apurar en Francia sus opciones de evitar unos dieciseisavos de final que se vislumbran en el horizonte y que supondrían un dolor de cabeza y un desgaste para una plantilla saturada de compromisos y sin prácticamente tiempo para descansar. En el club de Chamartín son conscientes de que tan solo un milagro les haría disputar directamente los octavos sin necesidad de pasar por el ‘Playoff’; sin embargo el conjunto blanco está más que habituado a superar situaciones prácticamente imposibles y lograr objetivos cuando nadie cree en ellos. Eso sí, está vez alcanzar el milagro no depende única y exclusivamente de los blancos, y ahí es dónde la dificultad sube. Los de Ancelotti están obligados a ganar este miércoles a las 21:00 horas al Brest, pero solo con la victoria madridista no será suficiente para entrar en el top-8, dependen de otros resultados.
Una de las sorpresas de la competición
Cuando se habla del Stade Brestois 29, más conocido como Brest, se puede pensar en una cenicienta o un equipo débil fácil de batir; pero nada más lejos de la realidad. El equipo del noroeste de Francia está siendo indiscutiblemente una de las revelaciones de esta edición de la Liga de Campeones y actualmente se encuentra en una meritoria 13ª posición (13 puntos) por delante de clubes de la talla de Borussia Dortmund, Juventus, Bayern de Múnich o el mismo Real Madrid.
El club, fundado en 1950, rozó la perfección el pasado curso y terminó tercero en el campeonato francés. Todo un hito para una entidad humilde que acababa de conseguir clasificarse para competiciones europeas por primera vez en su historia. Y no a un torneo menor como la Conference o la Europa League, sino que el debut europeo de ‘Les Pirates’ iba a ser en la mismísima Champions League.
La mayor competición de clubes del ‘Viejo Continente’ no ha asustado para nada a los de Éric Roy, que empezaron como un tiro llegando a colarse durante varias jornadas en puestos de top-8. De más a menos, el cuadro francés sigue teniendo opciones de colarse directamente en los octavos de final tras tener prácticamente asegurado un puesto en el ‘Playoff’.
Invictos «en casa»
En casa entre comillas, puesto que el Stade Brestois no juega sus partidos como local en la Champions en su estadio, el Francis – Le Bré, situado en la ciudad de Brest sino que lo hace el Stade de Roudourou de Guingamp, a 113 kilómetros de distancia. El motivo del cambio de emplazamiento es que la UEFA considera que el estadio del Brest no está homologado para acoger partidos de competiciones europeas. Los motivos de la prohibición fueron: Tres de las cuatro tribunas del Francis – Le Blé estaban soportadas en estructuras que prohíbe el máximo organismo del fútbol europeo, la ubicación de la central de seguridad y las zonas de prensa no eran adecuadas y que la seguridad de los jugadores en su aparcamiento no estaba a la altura.
Pese a jugar en un estadio que no es el suyo y sentirse visitantes jugando de local, el Brest está invicto en Guingamp. En los tres partidos en los que ha ejercido como local ha cosechado dos victorias y un empate. Ganaron 2-1 al Sturm Graz en la jornada inaugural, empataron a uno con el Bayer Leverkusen en la tercera fecha y vencieron por la mínima al PSV en la sexta.
El Real Madrid no debe confiarse ante un lobo con piel de cordero, ultra competitivo en Francia y con armas para hacer sufrir a los de Ancelotti. Una hipotética clasificación directa a los octavos pasa por ganar ante el Brest (y por cuantos más goles, mejor). No hay tiempo para relajaciones porque el conjunto blanco se juega su futuro europeo y parte de su temporada en el Stade de Roudourou mañana por la noche.