Ni Mbappé ni Vinicius, Brahim y Rodrygo. Esa fue la combinación ganadora del derbi. A pesar de que todas las miradas apuntaban a las dos grandes estrellas de este Real Madrid, ni el uno ni el otro estuvieron a la altura. Muy desacertados en la toma de decisiones, ninguno fue decisivo en el resultado del encuentro. De hecho, solo un tiro desde larga distancia del francés fue lo más destacado de ambos en el partido. Ambos fueron la cruz. Sin embargo, la cara fueron los eternos aspirantes, Brahim y Rodrygo. No solo por ser los autores de los goles, su trabajo defensivo fue reconocido por un Santiago Bernabéu que acabó rendido a los dos obreros del partido y desquiciados con las estrellas. Para colmo, los dos desperdiciaron en el descuento una ocasión que hubiese puesto al equipo blanco con pie y medio en la siguiente ronda.
Rodrygo, decisivo en la primera parte; Brahim, en la segunda
Ambos tuvieron su momento de gloria. Rodrygo nada más empezar y aunque a Brahim también le llegó, tuvo que esperar a la segunda mitad. En el caso de Rodrygo fue llegar y besar el santo. Una jugada magnífica iniciada por un pase milimétrico permitió al brasileño ganarle la espalda a Javi Galán para poder hacer magia en el resto de la jugada. Tras entrar en el área, el extremo se escoró hacia dentro para deshacerse de los dos centrales y poder cruzar el balón haciendo imposible la estirada de Oblak. Tan solo cinco minutos de eliminatoria y Rodrygo «ya estaba aquí». Precisamente así celebró su tanto, al más puro estilo Cristiano Ronaldo.
Tras marcar la diferencia en ataque, al brasileño le tocó ponerse el mono de trabajo y ayudar más en tareas defensivas, sobre todo en el tramo en el que el Atlético tuvo más posesión. Se limitó más a ayudar a Valverde y a ofrecer soluciones a la hora de crear juego que a encarar a Galán por esa banda derecha. A penas volvió a hacerlo salvo en el tramo final donde volvió a insistir en un par de ocasiones, aunque ya con defensa de cinco, las opciones de crear peligro fueron mínimas.
Todo lo contrario que Brahim. El titular ayer en lugar de Bellingham actuó idénticamente de como lo hace el inglés cuando está sobre el terreno de juego. Llegando desde segunda línea cuando toca atacar y volcado a la banda izquierda cuando tocaba defender. Fue uno de los que más se desfondó a la hora de presionar y prueba de ello, en el minuto 80 dijo basta. Aún así aguantó sobre el terreno de juego hasta el 89. En defensa fue de los mejores, y en ataque, clave. El malagueño puso por delante a los blancos justo cuando más complicado estaba el encuentro. Una genialidad entre tres defensores le permitió sacar un disparo cruzado para batir al portero esloveno. Un día más y sin acaparar todas las portadas, el malagueño volvió a estar a la altura de los mejores.
Mbappé y Vinicius, desconectados
Muy probablemente estuvimos ante el peor encuentro de ambos durante esta temporada. Muy desacertados a la hora de crear peligro, la presencia de ambos en ataque fue nula. Solamente un disparo de Kylian desde fuera del área nada más arrancar la segunda parte, ese fue el peligro que llevaron ambos durante todo el encuentro. Ya lo dijo Ancelotti en la previa, «O marcas la diferencia o corres», y eso es lo que tuvieron que hacer ambos, sobre todo Kylian, más mentalizado en defender. Tan desaparecidos estuvieron durante el encuentro que incluso en algún momento se llevaron una mínima reprimenda por la afición. El flojo partido de ambos se cerró con una jugada que puede costarle muy cara al equipo en la eliminatoria. Un robo en la última jugada dejó a Mbappé solo para cederle el balón a Vini para que solamente la empujase. Pero en esta ocasión, ni siquiera estuvieron acertados. Una oportunidad que de haber materializado hubiese significado el 3-1 y un paso de gigante para estar en cuartos. Ahora, con 2-1, ambos están obligados a dar otra imagen en el Metropolitano.