El 12 de septiembre de 1999 o lo que es lo mismo, hace 25 años, debutaba Iker Casillas con el Real Madrid. El joven portero, por aquel entonces de 18 años, jugó su primer partido con el primer equipo tras nueve años en la cantera madridista. Iker debutó en San Mamés ante el Athletic Club en un partido que finalizó con resultado de empate a dos. Tras aquel encuentro, el mostoleño se convirtió en un fijo en la portería durante las siguientes dieciséis temporadas, hasta que en la 14-15 dijo adiós para firmar por el Oporto. Iker se marchó del club tras disputar 725 partidos, el segundo jugador que más solo por detrás de Raúl González con 741 y con lo más importante, el reconocimiento de ser el mejor portero de la historia del Real Madrid. En esas dieciséis temporadas la leyenda blanca nos dejó recuerdos imborrables. Desde el debut, pasando por la final ante el Leverkusen para conseguir la novena copa de Europa hasta la décima en 2014. Entre medias, dieciséis temporadas con recuerdos y paradas legendarias.
Debut en San Mamés
Iker debutó tras la lesión por aquel entonces de Illgner, el portero titular. Jugó la tercera jornada de aquella liga y tras aquel partido se volvió un fijo e indiscutible. El partido finalizó empate a 2.
Primera Copa de Europa, la octava
Casillas conquistó su primera Champions siendo además titular con tan solo 20 años. El Real Madrid venció 3-0 al Valencia y él se convirtió en el portero más joven en ganar una Champions.
Los primeros milagros de «El Santo»
Uno de los apodos con los que se recuerda a Iker es con el de «El Santo» y entre otros motivos su recordada actuación en la final de la Copa de Europa de Glasgow. Iker, suplente en aquella final en lugar de César Sánchez. El cacereño se retiró lesionado y tuvo que entrar Casillas. A partir de ese momento, el resto es historia. Varias paradas decisivas le dieron al equipo entrenado por aquel entonces por Vicente del Bosque la novena Champions solo dos años después de la última.
El héroe que superó la barrera de cuartos
Si a día de hoy, la Selección española es la que conocemos es sin duda por un momento muy concreto. La eliminatoria de cuartos de final de la Euro 2008. La maldición de cuartos ante Italia acabó aquella noche y precisamente con el héroe que posteriormente lo fue en los torneos venideros. Iker paró dos penaltis a Italia aquel mágico día y Fábregas sentenció el pase a semifinales de un torneo que finalmente volvimos a ganar 42 años después.
Un mundial legendario
El mágico mundial de Sudáfrica 2010. Hubo muchos momentos que siempre quedarán en el recuerdo. El gol ante Portugal, el cabezazo de Puyol ante Alemania y por supuesto el gol de Iniesta. Pero no podemos olvidarnos del hombre que nos mantuvo con vida ante Paraguay con aquel penalti que detuvo ante Cardozo y las dos paradas legendarias que hizo ante Robben en la final. Primero adivinando el lado al que le regateó y por supuesto, el pie salvador. Iniesta metió el gol pero Iker permitió que llegásemos a esa prórroga.
La primera Copa del Rey
El gol de Cristiano y de nuevo, decisivas intervenciones de Casillas daban al Real Madrid un nuevo título copero 18 años después. Aquella noche del 20 de abril de 2011, el Real Madrid venció al Barcelona (0-1).
El triplete histórico con la Selección
Iker cerró la mejor etapa de la historia de la selección con aquella final icónica frente a Italia (4-0). De nuevo, completó un torneo a la altura del mejor portero del mundo y su gesto pidiendo el final del partido fue el mejor resumen del nivel de la selección.
La última Champions
Tras dos temporadas duras en las que vivió una lesión grave de la mano y vio como fue relegado al banquillo, con la llegada de Carlo Ancelotti recuperó la titularidad, al menos en Champions. Iker ganó la décima en Lisboa frente al Atlético de Madrid y consiguió su tercera Champions. Sin embargo, no tuvo el mismo papel que en las dos primeras finales. En esta, su error en el gol rojiblanco casi condenó al Real Madrid. Afortunadamente, apareció Sergio Ramos.
El adiós del mejor portero de la historia del Real Madrid
El 23 de mayo de 2015 jugó su último partido con el club. Su equipo venció al Getafe por 7-3. Ese día puso fin a 16 temporadas defendiendo la portería del primer equipo y 25 años en el club. Iker cerró su partido numero 725, poniendo rumbo al Oporto y convirtiéndose en el segundo jugador con más partidos de la historia del Real Madrid.