Con Europa como testigo, el Real Madrid volvió a sacar su gen dominador en el momento y lugar oportuno. Al filo del abismo y ante un posible fracaso en el horizonte, los de Ancelotti demostraron porque son los reyes de esta competición. Después de una temporada de altibajos y con la necesidad de dar la cara ante un equipo grande por primera vez, los blancos dieron un puñetazo encima de la mesa para poner pie y medio en la siguiente ronda de la Champions ante un Manchester City muy inferior por momentos.
Exhibición en Manchester
Ni el nivel desplegado a lo largo de la temporada, ni la cantidad de bajas que ha azotado al Real Madrid en las últimas semanas, ni siquiera el propio Manchester City con todas sus estrellas, fueron capaces de frenar a un equipo que disfruta con cada noche grande en la Champions. Cuando todo parece más en contra y cuando más presión siente este equipo, mejor y más contundente es su respuesta. Enésima vez que el equipo se juega la vida en un escenario aparentemente adverso y enésima demostración del poder que tiene el escudo del Real Madrid ante los rivales, independientemente de quien esté en frente.
De nuevo le tocó al Manchester City. Por cuarta vez en cuatro años, se volvieron a enfrentar en lo que es catalogado ya como el nuevo «clásico moderno». Una nueva prueba de nivel para el Real Madrid y de nuevo, como suele ocurrir, matrícula de honor para el equipo. Los blancos cuajaron el mejor encuentro de la temporada hasta el momento justo cuando cuando comienza el tramo decisivo de la temporada. Como catalogó el propio Ancelotti tras el partido: «Empieza la temporada de verdad».
El equipo dirigido por el italiano asentó las bases de lo que debe ser el equipo el resto de la temporada. Fundamentado por un trabajo defensivo magistral, fue el primer gran encuentro en el que demostraron que este equipo puede tener ese famoso equilibrio. Los cuatro de arriba estuvieron constantemente ofreciendo ayudas en defensa y eso el equipo a nivel defensivo lo agradeció. Y, aunque curiosamente lo peor estuvo en el ataque, el equipo se llevó un resultado magnífico para la vuelta aunque incluso se podría catalogar de corto. Mbappé, aunque vio puerta, tuvo en sus botas varias ocasiones claras para, al menos anotar otro tanto más. Al igual que Jude o el propio Vinicius. El brasileño, aunque no marcó, fue designado como MVP del partido.
Dominio en las eliminatorias de Champions
Lo que está claro, es que cuando llega el tramo crucial de la temporada en Europa, este Real Madrid es prácticamente invencible. Todas las dudas que genera el equipo durante el primer tramo del curso, sobre todo en la fase de grupos, se esfuman cuando llega febrero. Ahí, el Real Madrid se sabe envolver como nadie. Así lo demuestran los datos.
Desde la noche mágica de la remontada en las semifinales de la temporada 21/22, precisamente ante el Manchester City, los blancos solamente han perdido un encuentro en eliminatoria (dieciseisavos, octavos, cuartos, semifinales y final). El resto, al menos un empate. Concretamente desde aquel encuentro en el Santiago Bernabéu, el equipo ha disputado 16 encuentros de eliminatoria. Solamente en 1 de ellos ha caído derrotado. Curiosamente fue en la única eliminación blanca. Aquella fatídica noche, el equipo cayó estrepitosamente en el mismo escenario del partido de anoche por 4-0. En el resto de duelos disputados, independientemente del rival o la ronda que hubiese en juego en ese momento, el equipo no conoce la derrota. Un ejemplo claro de que a este Real Madrid, «le pone» jugar estos encuentros.