Derrota del Real Madrid que vuelve a achantarse ante un gran escenario. Enésimo partido importante que se les escapa a los blancos que vuelven a complicarse las opciones de liderato. El buen inicio de partido volvió a quedarse en agua de borrajas tras otra pésima segunda mitad. Berenger y Guruzeta dieron los tres puntos a los bilbaínos. Bellingham empató momentáneamente un encuentro marcado por otro penalti fallado de Mbappé. El Madrid reclamó un penalti a Rodrygo en la primera mitad.
Tchouameni in, Brahim out
Tchouameni fue la novedad en el once de Carlo Ancelotti. El italiano optó por regresar al esquema con cuatro centrocampistas. Junto al francés, Valverde, Ceballos y Bellingham completaron la medular. En el ataque, Brahim fue el sacrificado por Rodrygo que repetía por segundo partido consecutivo en la titularidad. El resto, los mismos del partido ante el Getafe. Asensio asentado ya en la titularidad de la zaga junto a Rudiger y Fran García en la izquierda, por delante de un Mendy que parece haber perdido su sitio definitivamente.
Un Madrid de más a menos, ese es el resumen de una primera mitad en la que al equipo le falto convicción para llegar a la portería de Aguirrezabala. Aun así, el conjunto blanco tuvo la oportunidad de adelantarse en el marcador y de hecho, lo hizo. Mbappé envió a la red un balón que le llegó tras un rechace. Sin embargo, el francés estaba en fuera de juego.
Un posible penalti pudo cambiarlo todo
Una jugada que por otra parte, significó la polémica de la primera mitad. Rodrygo se fue al suelo tras una entrada de Yeray y aunque en un principio no se señaló nada, el VAR llamó al Sánchez Martínez. El árbitro, a pesar de ir a ver la jugada, no decretó la pena máxima para asombro del madridismo. Tras esa jugada, el Madrid se difuminó. Los rojiblancos comenzaron a llevar el peso del partido aunque sin demasiado peligro. Únicamente Berenguer con un disparo que se marchó por encima de la portería Courtois.
Los fantasmas de Anfield
El árbitro señaló el comienzo de la segunda parte, sin embargo el equipo parecía seguir en los vestuarios. Los bilbaínos llevaron el peso del partido en los primeros minutos, sometiendo a un Real Madrid que nada tuvo que ver al de los primeros 45 minutos. Los de Valverde, tras rondar en varias ocasiones la portería de Courtois, acabaron certificando el buen inicio con el gol, esta vez sí de Berenger. Centro envenenado que tras sacar como pudo el belga, acabó introduciendo el delantero del Athletic para desatar la euforia en un San Mamés que se vino abajo.
Otra vez un penalti retrató a Mbappé
Dicen que el fútbol no tiene memoria y Mbappé a punto estuvo de comenzar a remontar su complicado inicio de temporada. Un golpe fortísimo sobre Rudiger de Aguirrezabala tras una salida en falso acabó provocando el penalti que pudo ser y no fue, el empate del Real Madrid. De nuevo se repitió la intrahistoria del penalti errado ante el Liverpool. Misma mirada seria y perdida antes del lanzamiento ya pudo predecir lo que acabaría sucediendo. El francés lo volvió a tirar al mismo lado y la historia volvió a tener idéntico final.
Cosas del fútbol, de las botas de Kylian salió el empate blanco. Un lanzamiento lejano desde la frontal del área fue repelido por un Julen que dejó la pelota muerta para que Jude tras adelantarse a la defensa colocase las tablas en el marcador. 1-1 y 10 minutos en los que podía pasar de todo. Y así fue.
Y ya…. hasta Valverde falla
Justo cuando más volcado estaba el conjunto de Ancelotti. Un error clamoroso en la salida de Valverde permitió a Guruzeta, recién entrado en el campo, quedarse solo ante un Courtois que nada pudo hacer ante la definición sutil del 12 del Athletic. 2-1 y adiós a las opciones de liderato.
El equipo lo acabó intentando en los minutos finales aunque más por orgullo que por cabeza ante un Athletic que supo manejar con plena contundencia esos arreones finales. Derrota que frena en seco la mejoría de las últimas semanas y que deja a los blancos sin margen de error de cara al tourmalet de los próximos 15 días. Lo próximo, Montilivi y el Girona.