El Real Madrid volvió mostrar su peor cara contra el FC Barcelona. El conjunto blanco cayó estrepitosamente (2-5) en la final de la Supercopa de España ante su máximo rival y perdió la oportunidad de igualar a los azulgrana como el equipo con más títulos en esta competición (14).
Catástrofe
Más de 60.000 personas abarrotaban las gradas del estadio King Abdullah Sports City de Yeda y desde muy pronto comenzaron a presenciar un partido vivo y trepidante. En el minuto 2, Lamine Yamal avisó al Real Madrid. El internacional español se perfiló en la frontal del área y sacó un disparo peligrosísimo que obligó a hacer un paradón a Courtois. Apenas dos minutos después, el meta belga volvió a demostrar porque es el mejor en su posición. Gavi pone un centro desde la derecha, Lucas pierde completamente la marca con Raphinha y el brasileño saca un cabezazo picado que ataja milagrosamente Courtois.
Las dos ocasiones clarísimas del conjunto azulgrana fueron neutralizadas por un ‘brutal’ Mbappé que no perdonó en la primera oportunidad que tuvo. Robó Vinícius ante Casadó en la frontal del área blanca tras el rechace de un córner, le cedió el esférico para Mbappé… y desde ahí una gran acción individual de Kylian. Vinícius se desmarcó hacia él, pero el francés lo hizo de cine: bicicleta, dejó atrás a Balde y definió a la perfección ante Szczesny para adelantar al Madrid.
Pese al gol merengue, el FC Barcelona continuó acumulando grandes ocasiones y generando mucho peligro en el área del Real Madrid y tanto fue el cántaro a la fuente… que llegó el empate culé. Lamine Yamal esta vez no falló, encaró desde la banda derecha, Mendy no llegó a pararle, recortó a Tchouameni y la colocó con calidad pegada al palo. Un jugadón que sirvió para poner unas merecidas tablas en el marcador.
La debacle defensiva del Madrid siguió y el FC Barcelona logró remontar. Minuto 34, un rebote del cuerpo de Mendy llega al área, Gavi se anticipa a Camavinga y el francés le golpea con la pierna. Gil Manzano en primera instancia no vio nada punible pero el VAR mandó al colegiado ir a ver la jugada. Una vez revisada la acción en la pantalla, el árbitro decidió pitar penalti. Lewandowski no falló desde los once metros y puso el 1-2.
Cuesta abajo y sin frenos. El Real Madrid no solo no reaccionó al 1-2 blaugrana sino que recibió el tercero tan solo tres minutos después. De nuevo, descoordinación y desatención en la defensa madridista. Koundé pone un gran envío al área y Raphinha aprovecha el enorme hueco entre Tchouameni y Lucas Vázquez para aparecer y cabecear a la red de forma inapelable. Pero esto no fue todo, cuando parecía que el partido iba a llegar al descanso con el 1-3 en el electrónico, los de Ancelotti regalaron el cuarto gol azulgrana. Un córner a favor que acabó en un fallo estrepitoso, Rodrygo le da un pase horrible a Valverde que no llega al balón, el Barcelona lanza el contraataque y Balde sin demasiada oposición anota el 1-4 y termina de hundir al conjunto blanco.
Resignación
La primera acción de la segunda parte pudo cambiar el rumbo del partido y dotar de esperanza al Madrid pero el disparo de Rodrygo acabó estrellándose en el palo. Sin embargo, la segunda volvió a ser un mazazo para los blancos. Raphinha vuelve a hacer patente la sangría defensiva del Real Madrid para hacer el 1-5 del conjunto culé. Goleada escandalosa del FC Barcelona.
El Real Madrid recortó distancias en el minuto 62 gracias a un combo de expulsión más falta. Mbappé, tras un gran pase de Bellingham, intentó recortar a Szczesny pero el portero polaco derribó al delantero. Roja clara y una falta en la frontal del área que Rodrygo aprovechó para marcar con un golazo el 2-5.
Los blancos, pese a tener un jugador más durante 30 minutos, no hicieron ni «cosquillas» al Barcelona y apenas tuvieron opciones de anotar el 3-5. Pasaron los minutos y el Real Madrid solo pudo resignarse y ver como la final se esfumaba. Un partido indigno del conjunto madridista que deja muchos señalados, empezando por el banquillo.