El Real Madrid baila al ritmo de Kylian Mbappé y se mete en la siguiente ronda tras una humillación sin precedentes (3-1) ante un Manchester City superado desde el primer minuto. El francés, rey blanco, vivió su primera noche grande en el Santiago Bernabéu con un hat trick. Ceballos y Asencio, los triunfadores de la noche. La cruz, un Guardiola que claudicó como nunca antes había hecho y cierra así una temporada negra. Solo la amarilla de Bellingham empaña una noche perfecta. Lo próximo: Atlético de Madrid o Bayer Leverkusen.
En un once sin demasiadas novedades, solo la vuelta de Tchouameni al centro del campo en lugar de Camavinga, resultó ser lo más llamativo del equipo blanco. Sin embargo, las grandes sorpresas llegaron en el lado Citizen. Guardiola volvió a sorprender y apostó por una revolución total respecto a los once que iniciaron en la ida, sobre todo con la novedad de la suplencia de Erling Haaland. El noruego empezaría desde el banquillo. En su lugar, Marmoush sería la referencia. Además, Nico, Marmoush, Kushanov y Gundogan fueron los nombres propios del once de Guardiola.
Mbappé golpeó primero
Sin especulaciones y con la idea muy clara de sentenciar la eliminatoria desde el comienzo. Pronto el Real Madrid ejecutó a la perfección el plan ideado. Solo cuatro minutos tardó el equipo blanco en lanzar un golpe directo al mentón del Manchester City. Un exquisito balón en largo de Asencio sorprendió por completo a Rubén Días. El portugués, calculó mal el despeje y dejó en bandeja el gol a Mbappé con una sublime vaselina encendió del todo al Bernabéu. El segundo gol de Mbappé en la eliminatoria dobló la ventaja del equipo blanco y dio mucho aire al equipo de Ancelotti. Sin embargo, nada cambió.
El dominio blanco en la primera media hora fue absoluto. Ya no sólo por el gol, si no por el control total del balón. Muy lejos del nivel mostrado durante tantos y tantos años, este Manchester City mostró muchas debilidades en algo que siempre ha cumplido por excelencia: la presión.
Oh là là Mbappé
Fruto del control absoluto y de la ventaja en la eliminatoria, pronto el Manchester City entró en pánico y ahí el conjunto blanco empezó a oler la sangre. Y, además, si a este Madrid le permites correr, te mata. Una contra iniciada por Bellingham permitió al tridente volar. El inglés filtró un balon a Vinicius y a partir de ahí, se desató la locura. El brasileño, esta vez desde la derecha, cedió el balón a Rodrygo que entraba desde segunda línea, y ya. con todo de cara, cedió a Mbappé que simplemente iluminó al Bernabéu. Un amago sublime dejó sentado a un Ruben Días que quedará para siempre enmarcado en una de las primeras obras maestras de Kylian con el Real Madrid. Ya sin oposición, batió a Ederson para desatar el delirio en el templo blanco. 2-0 en algo más de media hora y a otra cosa. Tras el gol, el Real Madrid simplemente se limitó a dejar morir los primeros 45 minutos obligando al City a jugar a un ritmo lento.
Recital para poner la puntilla
El Real Madrid tenía ante sus propios ojos la oportunidad de devolver todas las facturas si es que quedaba alguna por devolver. El equipo llegaba una y otra vez en busca de seguir haciendo más daño. Y vaya que si lo hizo.
Mbappé inició la fiesta y el la cerró. Esta vez una jugada personal terminó por sentenciar a un City que simplemente se limitaba a agonizar por el césped del Santiago Bernabéu. Su gol con la zurda desde el costado derecho sentenció la eliminatoria.
«Guardiola, quédate», «Ole, ole»
A ritmo de «olés», el Madrid disfrutó como nunca. Rozando la humillación, durante la última media hora, el Real Madrid se limitó a bailar ante un City que simplemente se mantenía en el campo por obligación. Tanta era la fiesta, que llegó el momento de los invitados. A ritmo de «Guardiola, quédate«, el Santiago Bernabéu se acordó de su eterno rival. Ya con el ralentí puesto, los blancos se limitaron a dejar morir el encuentro. Tal fue la exhibición que Ancelotti se permitió el lujo de quitar a Mbappé y Vinicius y dar entrada a Alaba.
Sin embargo, el City quiso dejar su sello en el partido con un gol anecdótico ya en el descuento. Nico González mandó a guardar un balón rechazado por Courtois tras una espectacular falta lanzada por Marmoush. Primero tocó en el larguero y el rechace lo acabó empujando el centrocampista español.
Enésimo golpe en la mesa del Real Madrid en la Champions que vuelve a presentarse como uno de los serios candidatos a luchar por la decimosexta. Lo próximo, el sorteo del próximo viernes. El rival: Atlético de Madrid o Bayer Leverkusen.