Mbappé y sobre todo Vinicius lideran la victoria del Real Madrid ante un Pachuca al que le duró 30 minutos la gasolina. El francés en la primera parte abrió el camino a la novena que certificó Rodrygo y Vinicius de penalti. Cuarto título del Real Madrid para cerrar el 2024.
Era una final y por ello se acabaron las pruebas. Ancelotti cambió el esquema y volvió al 4-3-3 con Mbappé como gran novedad en el ya conocido once de gala actual del Real Madrid. El francés superó con éxito la prueba en el entrenamiento de ayer y el técnico no dudó en colocarle en la punta de lanza junto a los brasileños Rodrygo y Vinicius. El resto del once, con lo esperado. Tchouameni acompañó a Rudiger en la zaga y Camavinga actuó de pivote junto a Bellingham y Valverde.
La conexión Vinicius – Mbappé dio ventaja al Madrid
En una primera parte de menos a más en la que al Madrid le costó entrar en el partido, sobre todo en el primer cuarto de hora. En frente, un Pachuca que no tuvo ningún reparo en salir desde el inicio a por el equipo de Ancelotti. Los mexicanos asfixiaron en la presión al campeón de Europa gozando en los primeros minutos de las internadas más peligrosas aunque sin demasiado peligro. Apenas tuvo que actuar Courtois en un par de acciones.
Poco a poco, el conjunto blanco fue encontrándose más cómodo en el campo. El equipo comenzó a ser más dominador y eso obligó al campeón de la CONCACAF a replegarse hacia su propia área, lo que generó más llegadas con peligro de los de Ancelotti, aunque sin demasiada fortuna de cara a puerta.
Pero todo cambió a falta de 10 minutos del descanso. La conexión Vinicius – Mbappé volvió a ser letal después de mucho tiempo. Bellingham allanó el camino del gol gracias a un magnífico pase que dejó a Vinicius sólo contra el portero mexicano. El recién nombrado «The Best» le puso en bandeja el gol al francés después que el brasileño, con una genialidad se deshiciera del portero de Pachuca. Ese gol trajo consigo la tranquilidad en el equipo madrileño.
Rodrygo sentenció la final
A pesar del ritmo pausado, el Real Madrid salió con la idea clara de sentenciar la final para dar descanso a varios de los «tocados», entre ellos Mbappé y Camavinga. Dicho y hecho. Una genialidad de Rodrygo cerró el encuentro antes del primer cuarto de hora. El brasileño tras irse de hasta tres defensores, colocó el balón en la escuadra izquierda, imposible para Carlos Moreno. El VAR le quiso dar algo más de incertidumbre por un posible fuera de juego posicional de Bellingham, sin embargo, el árbitro tras ir a revisarlo, lo dio por válido.
A partir del gol, llegaron los cambios. Mbappé y Camavinga se marcharon del campo para dar entrada a Brahim y Ceballos. El andaluz llevó el manejo del partido aunque el marcador y el ritmo hizo que el equipo mexicano gozase de alguna oportunidad con peligro, sobre todo en las manos de Salomón Rondón aunque sin fortuna. En el Madrid, Vini fue el más activo en busca del gol. Pero no fue hasta el minuto 83 cuando el brasileño consiguió ver puerta. Fue gracias a un penalti provocado por Lucas Vázquez. Tras el tercero, el Madrid comenzó la celebración de su noveno título de campeón del mundo.
Los blancos cierran así el círculo de un año espectacular. Cuatro títulos de seis y, lo próximo, la Supercopa de España en tres semanas. Antes, tocará cerrar el año ante el Sevilla el proximo domingo a las 16.15 en el Santiago Bernabéu.