El Real Madrid logró una importantísima victoria ante el Valencia (1-2) y sacó tres puntos de oro de Mestalla. Los de Ancelotti consiguieron remontar un partido que se había puesto muy cuesta arriba tras el penalti fallado por Bellingham, el gol anulado a Mbappé y la expulsión de Vinícius. Un triunfo que significa el liderato de La Liga hasta al menos el 12 de enero.
Hugo Duro revivía los fantasmas del pasado
Las primeras intentonas del partido llegaron del lado che, que presionaban alto la salida de balón del Real Madrid pero tras apenas cuatro minutos disputados los de Ancelotti tuvieron una gran ocasión para «abrir la lata». Lucas Vázquez tras caracolear en el área sirvió un balón atrás a Valverde que, completamente solo, estrelló el cañonazo en el cuerpo de Dimitrievski.
El duelo se empezó a descontrolar y se convirtió en un correcalles. Tres minutos después, el Valencia contó con dos oportunidades clarísimas para poner el 1-0. Primero Hugo Duro remató con dureza en el corazón del área e hizo intervenir a Courtois y después el propio delantero probó suerte de cabeza, de nuevo topándose con el meta belga.
Con el transcurso de los minutos el ritmo se empezó a calmar y las imprecisiones empezaron a ganar protagonismo, ninguno de los dos equipos terminaba de adueñarse del balón y tanto madrileños como valencianos tenían pérdidas importantes. Hasta el minuto 27. El Real Madrid, que llevaba sufriendo en defensa desde el inicio del partido, demostró su carencias por enésima vez esta temporada. Sangría en la banda de Mendy, Foulquier pone el balón atrás, Javi Guerra remata completamente solo y Courtois realiza otra buena parada pero esta vez no puede evitar el gol. Hugo Duro, siguiendo la «ley del ex» empuja plácidamente el balón a la red para poner por delante al Valencia en el marcador.
El conjunto blanco tuvo en los pies de Valverde y Vinícius el empate. El uruguayo probó fortuna con un disparo lejano que se marchó muy cerca de la portería del cuadro valenciano y el brasileño no pudo batir por bajo a Dimitrievski, que sacó un gran pie para evitar la igualada merengue.
Una segunda parte de locura
Los compases iniciales del segundo tiempo estuvieron repletos de disputas y choques, uno de ellos en el área che provocó un penalti a favor del Real Madrid. Bellingham, en el 54, tomó la responsabilidad de tirarlo… pero lo estrelló en el palo. La pena máxima tuvo que ser repetida puesto que Dimitrievski en el momento del disparo estaba con los dos pies fuera de la línea. Soto Grado, árbitro del partido, no lo vio así y no mandó repetir el penalti.
La mala fortuna del Real Madrid siguió unos minutos después cuando Mbappé por fin anotó el gol blanco pero un fuera de juego milimétrico dejó sin efecto el tanto del francés, quién había definido a la perfección recortando al portero valencianista.
Los de Ancelotti seguían intentándolo y en el minuto 66 Rodrygo cabeceó un buen balón servido por Tchouameni, sin acierto. Las imprecisiones merengues estaban costándoles muy caro. Parecía que nada podía ir a peor, pero vaya que si podía. En el minuto 77, al acabar un ataque blanco, Vinícius respondió al agarrón de Dimitrievski y empujó al meta macedonio. El árbitro fue al VAR a revisar lo ocurrido y mostró roja directa al brasileño. Una decisión incomprensible cuando ambos jugadores muestran actitudes antideportivas.
El partido se ponía cuesta arriba para el Real Madrid, pero los blancos mostraron al fin su lado más combativo para lograr el empate. Recuperó Brahim un balón en el mediocampo, filtró un buen pase a Bellingham, que asistió a Modric para que el croata definiera de forma magistral con la puntera de su pie izquierdo. Las emociones no cesaron y el partido aún iba a deparar curvas. Dos situaciones en el descuento que marcaron el resultado del partido. El Madrid aprovechó un error garrafal entre Foulquier y Guillamón. El primero cede mal el balón al segundo, que agrava la jugada, Bellingham recoge el balón y bate a Dimitrievski para poner 1-2 y culminar la remontada blanca. Un Real Madrid con 10 había dado la vuelta al partido pero todavía iba a vivir un gran susto final. Última jugada del encuentro, Luis Rioja recibió en banda derecha, se perfiló hacia el centro y sacó un disparo directo a la escuadra que pegó en el palo y sale escupido hacia fuera. Se salvó el Real Madrid en el último instante del partido y salió vivo de Mestalla. Tres puntos vitales para alcanzar el liderato.