Ni rastro de aquel Mbappé que tocó fondo en San Mamés. Ahora, el francés asusta y mucho. No solo en España, donde demuestra cada semana porque es el mejor delantero del mundo, si no ahora también en Europa. Con la espinita clavada de Anfield tras su nefasta primera noche grande en Europa con el Real Madrid, al francés le bastó con la ida de su primera eliminatoria de blanco para demostrarle al mundo que «este sí es nuestro Mbappé». Su gran partido en Manchester tanto táctica como técnicamente le colocan como líder y referencia del Real Madrid.
Mbappé, gol y consagración
Desde muy pronto, Mbappé dejo claro que estaba ante su gran noche y no iba a dejar que nadie ni nada la arruinasen. Ya en los primeros minutos, a Kylian se le vio muy presente en el juego del equipo. Jugando desde una posición más retrasada de lo habitual, prácticamente cada jugada de ataque blanco pasaba por sus botas. Precisamente en sus botas llegó la primera gran ocasión y la gran mayoría del Real Madrid en la primera parte. Sin embargo, unas veces por mérito de Ederson y otras por errores en la definición, el francés se quedó sin ver puerta en la primera mitad.
Pero si algo es evidente, es que tanto va el cántaro a la fuente que, al final, se rompe. Eso le pasó al equipo de Ancelotti en la segunda parte. Tras una infinidad de ocasiones falladas, casi por acoso y derribo, acabó llegando el tanto del empate del Madrid. Curiosamente, de la forma más extraña y poco ortodoxa. Un mal remate de Kylian con la espinilla propició que el balón acabase entrando en la portería. Un gol que aunque no fue demasiado brillante, sirvió para abrir la lata e igualar una eliminatoria que se había puesto en contra con el gol de Haaland.
Pero el partido de Mbappé fue mucho mas que el gol. Además de las cinco ocasiones que tuvo, su trabajo ofensivo y sobre todo, defensivo dieron mucho aire al Real Madrid. A pesar de que al principio le costó mucho más participar en esa presión, lo cierto es que al final, tanto él como Vinicius acabaron ayudando en tareas defensivas para encontrar ese famoso equilibrio que demandaba tanto Ancelotti. Una labor a la que no estamos habituados a ver al francés y que sin embargo, es y será muy necesaria en el futuro no tan lejano del equipo blanco. En líneas generales, otro gran partido de un Kylian Mbappé del que ya nadie duda.
14 goles en 16 partidos
La noche de ayer fue simplemente la continuación de una versión de Mbappé que es prácticamente imparable. Desde aquel penalti fallado ante el Athletic Club, nada ha vuelto a ser igual para el campeón del mundo. Aquella noche sirvió al francés para hacer borrón y cuenta nueva. Y así fue. Sus números desde el 04 de diciembre meten miedo. 16 partidos ha disputado desde aquel encuentro liguero, incluido el copero ante la Deportiva Minera en el que jugó a penas un cuarto de hora. Desde entonces, ha anotado 14 goles en este periodo de tiempo. Unos números que sumados a los que acumuló en «su peor momento», le colocan con 24 goles en 36 partidos.
Sin duda, unos registros que le colocan en la pelea por ser el máximo goleador tanto en Liga como Champions. En la carrera por el pichichi es segundo a solo tres goles de Lewandowski (19). Pero no solo lucha por llevarse el galardón, si no que tiene a tiro superar a una leyenda del Real Madrid como Cristiano Ronaldo. El portugués, en su primer año, anotó 33 goles entre todas las competiciones. Es decir, estamos a mediados de febrero, y Kylian va camino de pulverizar ese registro.