Antonio Rüdiger es el único central, teóricamente titular, sano en la plantilla del Real Madrid. Con las lesiones de Alaba y Militao y, tras la salida de Nacho del club blanco el pasado verano, el alemán se ha quedado como el único central de garantías en la primera plantilla blanca. Rüdiger ahora afronta una situación difícil a la par que exigente, tiene que comandar el centro de la zaga madridista sin ayudas. Un reto mayúsculo para uno de los mejores centrales del mundo que, con su carácter y liderazgo, tendrá la labor de echarse el equipo a las espaldas y guiar a la defensa merengue de la mejor manera posible. Rüdiger está solo, Rüdiger es el último superviviente.
Un crecimiento exponencial
La trayectoria de Rüdiger en el Real Madrid ha ido claramente de menos a más. En su primera temporada con la camiseta blanca, la 2022/2023, el alemán no contaba con el estatus que posee actualmente. Antonio no era titular indiscutible y peleaba con Alaba y Militao por un puesto en el once. El austriaco y el brasileño fueron la pareja titular para Ancelotti la temporada anterior, temporada de grandes éxitos para el Real Madrid con la consecución del doblete Liga + Champions. Rüdiger buscaba con buenas actuaciones hacerse un hueco en el once merengue y presentar competencia a la pareja ya establecida.
Para Ancelotti no era fácil la decisión. Pese a que Rüdiger había llegado al Real Madrid libre tras terminar contrato con el Chelsea, el club había hecho un gran esfuerzo para seducir al jugador alemán que era pieza clave del club inglés. Antonio, con pedigree en Europa, había alzado la Champions con los ‘Blues’ dos años antes y había llamado la atención de otros grandes clubes del ‘Viejo Continente’.
Un momento concreto marcó la carrera de Rüdiger en el Real Madrid. 9 de mayo de 2023, semifinales de la Champions League, partido de ida frente al Manchester City en el Bernabéu. Rüdiger ocupaba el puesto de Militao (sancionado por acumulación de tarjetas) en el once del conjunto blanco. Enfrente el todopoderoso Haaland, la bestia noruega. Temible. Pues bien, el central alemán neutralizó y anuló por completo al delantero. Haaland, frustrado, prácticamente no entró en contacto con el balón ni provocó ninguna ocasión destacada.
En aquel instante, el madridismo supo que Rüdiger tenía el nivel necesario para jugar en el Real Madrid y que el alemán había nacido para vestir la camiseta blanca. Una masterclass no solo defensivamente sino también de actitud.
Líder
Ya desde el principio de la temporada pasada tuvo que asumir la responsabilidad de liderar la defensa blanca. La tempranera lesión de cruzado de Militao en la jornada 1 en San Mamés y la posterior lesión de gravedad también de Alaba, dejó un panorama complicado con él y Nacho como los únicos activos.
Ante la adversidad, el alemán se creció y realizó la mejor temporada de su carrera. Jerarquía, madurez y una concentración defensiva sobresaliente le auparon a ser el mejor central del pasado curso. El berlinés concluyó en 22ª posición en el ranking del Balón de Oro.
¿Quién será su compañero?
Es la pregunta que todos se hacen. Uno de los dos puesto en la defensa central está claro, pero quién ocupará el otro. Las alternativas a día de hoy no son muchas.
Jesús Vallejo, con ficha del primer equipo, no es una opción para Ancelotti. El técnico italiano no confía en él y solo ha disputado 11 minutos en toda la temporada. Otra opción es David Alaba, sin embargo el austriaco se encuentra en la recta final de su grave lesión y aún no ha reaparecido. Su larguísima inactividad, un gran hándicap. Las opciones se agotan y solo hay otras dos alternativas: Raúl Asencio o mirar al mercado de fichajes. El joven canterano ya fue el recambio de Militao en el partido ante Osasuna cuajando unos notables 60 minutos con asistencia a Bellingham incluida. Su falta de experiencia, un problema para Ancelotti. Por último, acudir al mercado de fichajes invernal es otra posibilidad que contempla el Real Madrid para contratar un defensa asentado ya en la élite. Pocas certezas.