Kylian Mbappé fue la única nota positiva de un Real Madrid que suspendió categóricamente ayer en Yeda. El conjunto blanco cayó con contundencia ante el FC Barcelona en la final de la Supercopa de España y las sensaciones que dejó el duelo no pueden ser peores. Un golpe muy duro al equipo madridista, que mostró su cara más gris en el peor momento posible. Con un título en juego, los de Ancelotti rindieron a un nivel paupérrimo e inaceptable. Ningún futbolista estuvo al nivel que exige la camiseta blanca, tan solo Mbappé, y es que el francés dio la cara en el campo, cosa que el resto de sus compañeros estuvieron lejos de hacer.
Su mejor momento de la temporada
Si algo demuestra el partido de ayer en el Estadio King Abdullah Sports City de Arabia Saudí es que Mbappé está alcanzando su mejor nivel y que está viviendo su momento más dulce desde que es jugador del Real Madrid. El francés, que pasó por momentos difíciles en los meses pasados, parece haber dejado atrás definitivamente esa época de dudas e inseguridad. El delantero fue muy cuestionado durante sus primeros meses como merengue por su falta de puntería y fallos groseros, pero sobretodo, por su falta de actitud. El madridismo reprochaba al de Bondy que no lideraba el ataque blanco y que no estaba cumpliendo con las expectativas que se habían puesto sobre él.
Ayer fue la confirmación de Mbappé, un Kylian voraz como en su etapa en el Paris Saint Germain. El galo realizó su mejor partido desde que llegó el pasado verano a la entidad de Concha Espina, dio un golpe encima de la mesa y demostró porque es uno de los mejores jugadores del mundo. Lo hizo desde bien pronto, en el minuto 5. Vinícius le cede el balón en el centro del campo y desde ahí empieza una carrera descomunal del ‘9’, conduce hasta la frontal del área, se deshace de Balde tras una bicicleta y define a la perfección delante de Szczesny. Él solito había puesto por delante al Madrid en la final… pero no fue suficiente.
Tan solo dos minutos después, Kylian sufrió un pisotón de su compatriota Koundé que le mermó el resto de partido. Pese a completar la totalidad del encuentro con un vendaje en su tobillo, el delantero no pudo mantener la exuberancia y el despliegue físico de los primeros minutos por culpa del esguince. Aún medio lesionado, fue el único jugador madridista en seguir creando peligro. Ya en la segunda parte, volvió a ser decisivo para su equipo pese a que el marcador era insalvable (1-5). Corría el minuto 55 cuando tras un gran pase de Bellingham, Mbappé intentó recortar a Szczesny y el portero polaco derriba claramente al delantero. Roja clara y una falta en la frontal del área que Rodrygo aprovechó para marcar con un golazo el 2-5.
El equipo no le acompañó
El sobresaliente partido de Mbappé quedó en nada por culpa del pésimo nivel colectivo del equipo. Un aprobado y demasiados suspensos para poder competir una final a un rival de la entidad del FC Barcelona. La gran actuación de Kylian es un rayo de esperanza para un Real Madrid que debe hacer autocrítica y cambiar mucho las cosas si quiere levantar algún título en lo que queda de temporada. Mbappé está listo pero necesita un equipo que le acompañe. Ancelotti, otro de los grandes señalados, dijo lo siguiente en rueda de prensa: «No me quedo con nada positivo, sólo con el buen partido de Mbappé. Ha hecho muy buenas jugadas y ha marcado gol. El resto hay que olvidarlo para seguir adelante. Hemos defendido mal en la presión alta y en el bloque bajo. En el descanso hemos hablado de intentar jugar al fútbol. Se puede perder, pero no como en la primera parte».