El Real Madrid recibe al Girona en el Santiago Bernabéu este domingo a las 16:15 horas en un duelo en el que los blancos están obligados a conseguir los tres puntos. Tras la euforia del pase a octavos de la Champions, los de Ancelotti deben ponerse de nuevo el mono de trabajo en Liga para volver a la senda de la victoria casi un mes después. Ya sin el liderato, el conjunto merengue no puede permitirse el cuarto tropiezo consecutivo, que supondría otro duro golpe a las aspiraciones madridistas. La mejoría colectiva y un Mbappé absolutamente inspirado son las principales armas para despejar las dudas en Liga y dejar atrás los malos resultados. El Real Madrid tan sólo ha pinchado en casa en el campeonato liguero frente a Atlético de Madrid (1-1) y FC Barcelona (0-4). El resto, se cuentan por victorias.
Aún colean los atropellos arbitrales
Vuelta a la realidad. Tras el oasis del arbitraje europeo del pasado miércoles en Champions ante el Manchester City, el Real Madrid vuelve a verse las caras con el infame nivel arbitral de La Liga Española. Ancelotti, que ya reflejó su preferencia en la previa del partido de Liga de Campeones: «Estoy más tranquilo con los árbitros en Europa», tendrá que sobrellevar la actuación de Guillermo Cuadra Fernández (árbitro principal) y Mario Melero López (árbitro de VAR).
Los precedentes en estas últimas tres jornadas son para echarse a temblar. El primer escándalo sucedió en Barcelona, en el RCDE Stadium ante el Espanyol. Una acción marcó el devenir del partido siendo el conjunto blanco claramente perjudicado con la (no) decisión del árbitro. Minuto 60, Carlos Romero caza por detrás con los tacos a Mbappé con una dura entrada a la altura del gemelo, Muñiz Ruiz, colegiado del encuentro inexplicablemente solo enseña amarilla al jugador perico. Y no es solo eso sino que desde el VAR no avisan al árbitro en ningún momento para que vaya a revisar la acción al monitor. Cosas de la vida, el jugador que marca el 1-0 y a la postre gol de la victoria del Espanyol, es Carlos Romero, quién debía haber sido expulsado anteriormente.
El siguiente partido tampoco estuvo exento de polémica. Esta vez fue un penalti en contra del Real Madrid en el derbi contra el Atleti. Corría el minuto 32 del encuentro cuando Tchouameni, tras un centro desde la banda izquierda, pisa a Lino en el área madridista pero continúa el juego. El brasileño se queda tendido en el césped y minutos después, De Burgos Bengoetxea en el VAR avisa a Soto Grado, árbitro del choque, para que fuera a ver la acción al monitor. El colegiado tras revisar la jugada señala los once metros. Julián Álvarez no desaprovechó la oportunidad y adelantó a los rojiblancos en el marcador. Otra decisión cuanto menos rigurosa ya que el pisotón de Tchouameni se produce sin el balón de por medio y con el centrocampista de espaldas.
Y en El Sadar llegó el culmen. Munuera Montero hizo añicos el buen partido que el Real Madrid estaba cuajando frente a Osasuna con su nefasto arbitraje. Desde la sala VAR se terminó de completar una tarde de pesadilla para los de Ancelotti, que al menos lograron rescatar un punto de Pamplona. Primero no pitó un penalti claro de Moncayola sobre Vinícius, posteriormente expulsó con roja directa a Bellingham por un ‘fuck off’ que él escuchó como ‘fuck you’ y por último y lo más grave, ya en la segunda parte, pitó un penalti a favor de Osasuna por un pisotón de Camavinga cuando Budimir ya había chutado y claramente no influía en el devenir del juego. Lo más sorprendente es que a diferencia del no señalado sobre Vinícius en la primera parte, en esta ocasión el VAR sí que llamó al árbitro. Incomprensible la disparidad.
Motivado en gran parte por estos arbitrajes el Real Madrid ha perdido 7 de los últimos 9 puntos y afronta el duelo ante el Girona como una gran oportunidad para volver a ganar y exhibir nuevamente el nivel que mostró el miércoles en Champions.